La maldita lacra

Autor y Biógrafo: Manuel Flores Narváez

Manuel Molina Cortés "El Angoli". Gitanillo de bronce nacido en el ecuador del siglo pasado y fallecido en la primavera del 2009. Angoli estaba emparentado con una gran lista de grandes artistas. Hijo de Manuel y Ana, nieto de Tío Cafetera, sobrino de Juan Metales, biznieto de Gabriel Gallo y sobrino nieto de Manuel Torre.
Como bien dice aquella letra en la que estuvo en boca de tantos cantaores de la historia y que nos dice:
Abuelos, padres y tíosde los buenos manantialesse forman los buenos ríos.
Fue uno de los grandes ecos en la historia de nuestra tierra campo gibraltareña. No hay un solo profesional o aficionado, de su tiempo, que no sea capaz de reconocer la genialidad de su interpretación, envuelta en personalidad y espontaneidad, que lo hacia distinto a los demás, en cuanto en voz y en forma interpretativa con unos acordes y melismas de verdadera grandiosidad, un vivo retrato en rareza y se daba de rogar así como un heterodoxo de la ortodoxia, un clásico que se recreaba en su propia modernidad, aunque siempre se limito a los cánones, cantando cuando le venia en ganas cuando quería y le daba la gana así como nunca guardo la estructura del cante, síntomas y ramalazos, como tantos otros genios, que lo vivieron en sus propias carnes como seria los casos, por nombrar algunos, como fueron Manuel Torre o el mismo Gabriel Macande que pusieron en vilo y se revelaban con esos oscuros llantos que dejaban al mas pintado en la estacada.
Angoli, distinto, diferente a todos, podía con todos, cantaba con libertad, estallaba como una montaña de triquitraque, dotado de todas las virtudes que establecen las reglas del cante puro, que sin duda es hacer doler. Un ¡ay! de Angoli era un ayer y un hoy, que enloquecia a entendidos y a extraños. Un ayer y un presente dejado de la mano, que desaprovecho todas las oportunidades por haber, y para peor desgracia para este mundo del flamenco se vio envuelto en esa lacra en la que se ven atrapados algunos de esos hombres que viven en el mundo opuesto a la realidad y que se llama como todos sabemos "la droga" la maldita y jodida droga que hace jugar malas pasadas a muchos corazones nobles.

Propiedad del autor Manuel Flores Narváez 
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